jueves, 8 de noviembre de 2007

Reflexiones sobre la utilidad del ISO 9001


Sólo aquellos cuya conducta profesional se asemeja al modelo ISO 9001:2000 son capaces de que su empresa trabaje así. Porque el jefe es el jefe, y si tiene interés en que el personal trabaje de una determinada manera, o se trabaja así, o no se trabaja. Hasta el momento, amigo lector, estés o no de acuerdo con lo anterior, te preguntarás qué beneficios puede obtener una organización que se enfrente a la implementación de un Sistema de Gestión de la Calidad, su implantación, con independencia de las personas que la integren. Creo sinceramente que hay unas cuantos, que procedo a enumerar:

1.- Permite conocer una forma de gestión (unas prácticas) consensuadas por expertos de todo el mundo y reflexionar sobre la forma de trabajar.

2.- Sirve de oportunidad para obtener opiniones, críticas, e ideas de profesionales externos a la organización.

3.- Ejerce presión sobre la organización para corregir vicios y cumplir las “leyes de gestión” (que residen en la documentación del Sistema de Gestión).

Se puede advertir que los dos primeros beneficios constituyen oportunidades que la organización puede o no aprovechar, y que no todas las personas lo hacen en la misma medida, mientras que la tercera sí es un beneficio (o sufrimiento) común para todas, sobretodo si el sistema se certifica por tercera parte. En este caso los auditores de certificación actúan de profesores evaluadores, y sus auditorias son citas regulares con el examen.

El incremento del número de organizaciones certificadas con ISO 9001 se debe principalmente a obligaciones establecidas por el mercado. Son muchos los sectores donde el cliente exige a sus proveedores la certificación. Paradójicamente, es la certificación indiscriminada el principal enemigo de la imagen pública de la propia Norma. Es conocida por todos la laxitud de las entidades de certificación para otorgar certificados, no obstante “viven de eso”, es un negocio.

En mi opinión esta obligación no sirve más que para engordar un nuevo mercado, y no deviene en beneficio apreciable para los clientes que exigen la certificación, al menos no en esta generación. Sin embargo la dirección es buena, con cada nueva generación (tanto de trabajadores como empresarios) las pautas de conducta profesional normalizadas irán abriéndose camino entre las conductas generales. Quizás nuestros nietos integrarán sin esfuerzos lo que en la actualidad es algo inalcanzable para muchos.

Autor: Jorge Pereiro
(Versión resumida para este blog)